Los días grises son tristes. Son bonitos, melancólicos. Silenciosos, solitarios y cabizbajos. El cuerpo te pesa más que otra veces. La mente viaja al menor descuido, dejando atrás ese cuerpo cansado. Las caricias son más lentas, perezosas. Los besos son más suaves, como si temieran romperse.
Ningún café está lo suficientemente caliente, ni lo suficientemente dulce. Las galletas de canela saben a canela y los cuellos huelen a lluvia.
Tristes son los días grises.
Los días grises esperan ser fotografiados, esperan ser atrapados dentro de obras de arte. La tristeza de los días grises merece ser inmortalizada. Recordada.
Lástima que hoy no haya sido un día del todo gris.
1 comentario:
Los días grises son un refugio. Escondes la nariz bajo la bufanda y si no quieres, no sonríes.
Me encantan los días grises y este reflejo de ellos.
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