Y los pelos como escarpias, oiga. Con esa voz tan aguda y esos estribillos pegadizos. ¿Y qué haces entonces? Pues cantas a voz en grito. Hasta que te escuchen desde fuera del coche. Y desgarras la faringitis y la expulsas de tu garganta con palabras entonadas. Con gallos y demás fauna. Y así se empieza bien la semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario