25 de agosto de 2009

Y cuando esté roto escuchar que merece la pena

Él piensa como un hombre y ríe como un niño. Una risa que suena a patio de colegio y que es totalmente contagiosa.

Su piel se suavísima y su espalda eterna. Adoro perderme en ella mientras la acaricio y beso, como si se tratara de un desierto, hasta llegar al oasis de su cuello.

Sus brazos y piernas están llenas de heridas, arañazos y picaduras de mosquito rascadas. Marcas que lo identifican y le hacen irresistible. Defectitos que lo diferencian de otras personas y que yo acaricio como si el roce de mis dedos los fuese a curar. Quizá podría hacerlo. Si quisiera.

La única parte de su cuerpo que soy incapaz de definir son sus ojos. Son extraños. Muy pequeños, quizá. Con el iris muy grande, quizá. Totalmente negros. Me encantan.

Adoro su manera de ver la vida. De afrontar los problemas. Si está triste afronta la tristeza con valentía. Se niega a dejar de sonreír, de jugar, de luchar por sus sueños. Se niega a dejarse vencer por la pena. Lo admiro por ello.



Tiene unos gestos encantadores. Una manera de mirarme que me hechiza. Una forma de moverse que me envía al pasado, que me hace recordar cosas que creía haber olvidado. Tan solo con sonreír.

Hacer el amor con él es como dejar de existir por un momento. Es como dejar de ser yo misma y ser más yo que nunca. Es como alcanzar un estado de placer y felicidad nunca antes alcanzado. Ver su cara gemir de placer y respirar entrecortadamente es una de las imágenes más bellas que guardo en mi memoria.



Cuál es mi lugar respecto a él? Lo desconozco. Quizá no sea hacerle feliz, pero sí intentarlo. Quizá no sea enamorarme de él, pero sí intentarlo. Quizá no sea que me ame, pero sí intentarlo.

Quizá sea él el que me haga feliz a mí. Quizá al final le deba demasiado. Quizá gracias a él vuelva a pensar como hace unos años y me vuelva a sentir llena, con el pecho a punto de estallar. Quizá...

Lo que es seguro que hoy me siento tan llena como no me sentía desde hace años. Me siento más mágica.

Lo admito. Puede que me esté enamorando de él. Puede. Pero lo que sí sé seguro es que sin él el mundo sería un poquito peor. Es algo de lo que estoy convencido. Y él debería saber entenderlo. Aunque no lo conociera, aunque mis sentimientos fueran distintos. Estoy convencido de que es una persona enorme. Ojalá él pensara lo mismo. Idiota. Creo que esto es lo único que no me gusta de él.

Hay algo que me gustaría decirle. Pero no lo diré. Simplemente esperaré a que él, tras leer esto, se siente sobre mis caderas y me pregunte "Qué quieres decirme?".
Y luego besarlo.


1 comentario:

Jessica dijo...

Qué curioso que es el amor! O por lo menos yo tengo esa sensación. Me gusta el texto, me encanta. y una vez más me siento identificada de alguna pequeña manera. O mejor dicho, identifico a un él con este texto, para ser más justos con la verdad.

Sea como sea, disfruta el momento si es que lo estás viviendo :)


Un besito!